"Los robots asesinos (
killer robots) son sistemas que tienen la capacidad de
seleccionar y atacar un objetivo sin intervención humana -explica Pía
Devoto, coordinadora de la Red de Seguridad Humana en Latinoamérica y el
Caribe (Sehlac) y organizadora del encuentro-. Es terrible, pero las
investigaciones que están haciendo algunos países, como Estados Unidos,
Rusia, Corea del Sur, Israel y Francia van en esa dirección".
Al hablar de Killer Robots, o robots asesinos, lo primero que viene a la mente es el ojo rojo de Arnold Schwarzenegger en
Terminator, o el ataque masivo de monstruos alienígenas en
La Guerra de los Mundos. Sin embargo,
este concepto es algo mucho más sencillo, peligroso y real de lo que se ve en las películas.
Si bien aún no existen -o no se conoce sobre su existencia-,
los
Killer Robots son armas manejadas con inteligencia artificial, capaces
de apuntar y matar con autonomía casi sin control de un humano.
Según sus defensores, estos prototipos abaratarían las operaciones
militares, además de minimizar las bajas de fuerzas propias e
incrementar el volumen de negocio en la industria militar.
Sin embargo, existe un gran movimiento internacional que trabaja para
limitar el avance de esta tecnología y legislar su prohibición.
Formalmente, la
Campaña Contra los Robots Asesinos (Campaign to Stop Killer Robots) se creó en octubre de 2012 y hoy ya agrupa a más de 90 organizaciones no gubernamentales en 50 países, coordinadas por Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
Según esta agrupación, el avance de las nuevas tecnologías aplicadas a
la industria armamentística permitirá matar sin ningún tipo de control
y, al tratarse de máquinas autónomas, estas no tendrán las
características inherentemente humanas como la compasión, algo
indispensable a la hora de tomar decisiones éticas complejas.
Tampoco
tendrán el juicio necesario para evaluar la proporcionalidad de un
ataque, distinguir civiles de soldados u obedecer los principios básicos
de las leyes de la guerra. Si esto llegara a suceder, la
legislación vigente no deja en claro quién sería el responsable por las
acciones ilegales causadas por un arma enteramente autónoma: el
programador, el fabricante, el comandante, o la máquina en sí.
las armas totalmente autónomas, también conocidas como robots asesinos,
podrían seleccionar y atacar objetivos sin intervención humana. Los
precursores de estas armas, como son el caso de los drones armados,
están siendo desarrollados por países como China, Israel, Corea del Sur,
Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos. Es cuestionable que las armas
completamente autónomas sean capaces de cumplir los estándares de la ley
internacional humanitaria, incluyendo las reglas de distinción,
proporcionalidad y necesidad militar, mientras que, al mismo tiempo,
amenazan el derechos fundamental a la vida y el principio de dignidad
humana. Human Rights Watch exige una prohibición preventiva del
desarrollo, producción y uso de estas armas totalmente autónomas. El
Human Rights Watch es miembro fundador y sirve de coordinador global de
la
campaña para detener a los robots asesinos.
en el centro cultural de la ciencia en buenos aires se debate sobre este asunto preocupante para la humanidad y el futuro de nuestro planeta.
http://ccciencia.gob.ar/agenda.html
fuentes :
https://weekend.perfil.com/
https://www.stopkillerrobots.org/